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En fin, el punto es que cuenta con una propiedad de 231 metros cuadrados en el cerro de Chapultepec, cuya altura y plusvalía sí hacen que, desde ahí, miren para abajo a la gente, y cuya construcción podría costar 17 millones de pesos, según valuadores. Y, además, a la puerta, una Chevrolet Silverado 2020 vendida por un proveedor del Ayuntamiento de Ensenada.
Obviamente, don Eduardo negó todo y aseguró que “fue un regalo de bodas para mí y mi esposa”, según cita de su respuesta, y que no había conflicto tampoco con el empresario constructor Adolfo Calette, quien le vendió el vehículo citado. (¡Wao!)
Aquí le dejo otros chistes, perdón, respuestas que Eduardo Vega brindó en la entrevista: “Estamos trabajando fuertemente desde Cabildo” y “Me costó mucho terminar de pagar esos gastos”. (Inserte risas de fondo).
A pesar de todo, es verdad que su trayectoria bien podría justificar una serie (malona) de Netflix: Renuncia en 2020 a Bienestar Municipal por presuntamente pedir “moches” a los becados (de ahí el sobrenombre de “Lord Moches” que aún persiste). Lo graban en estas maniobras. Se casa en plena pandemia por el Covid-19, para que pudiera asistir un familiar que estaba por fallecer (ahí están las notas). Lo graban en estas maniobras. Luego, contra toda razón, legalidad, tiempo, espacio, lógica, biología, raza, magia y fuerzas del universo, resultó que era candidato indígena kumiai en las elecciones 2021. No lo pudo comprobar.
El guion que lleva en la actualidad es la de encarnar a un luchador morenista incansable por las causas sociales desde una regiduría, pero según nos cuentan, es bien raro que acuda al teatro, digo, a la oficina, según las quejas en la taquilla municipal, digo, palacio municipal.
- Anécdota: una vez, en el XXIII Ayuntamiento, Eduardo Vega acudió con otros funcionarios a disque ayudar a unas personas que se les habían quemado las casas. Al llegar, un ciudadano le reclamó que lo que necesitaban eran “manos”, no gente que anduviera ahí parada. Y que me lo ponen a cargar tablas. Uy, ¿cómo? Y ni modo: tragó saliva, puso cara de “Shingaooo”, y cargó un par de tablones de madera prensada hasta que logró zafarse porque “tenía que hacer gestiones”. Pues claro: los ricos “hacen gestiones”, no cargan cosas. Para eso están los subalternos… o los pobres.
Con el corazón (y los aumentos) por delante
En el marco de protestas por el aumento en la tarifa del transporte público, este fin de semana filtraron a páginas digitales los supuestos validadores para que el pueblo bueno y sabio use sus tarjetas prepago y pueda subir al transporte público de Ensenada.
Lo que llama la atención es que les pegaron a los aparatos el lema de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, el de “Con el corazón por delante”, además de una estructura que impide ver la marca o los equipos. También algunas fotos de cojines que colocaron sobre asientos, aunque ni siquiera intentaron disimilar lo descuidada, sucia, en abandono, de la unidad.
A reserva de esta maniobra, suponemos que tipo experimento para ver cómo eran recibidas en las benditas redes sociales, toda la “modernización” ha sido pésimamente llevada desde el 1 de enero, y los responsables tienen nombre y cargo: Jorge Alberto Gutiérrez Topete, director; José Ramón Silva, delegado local; y Humberto Elías, delegado metropolitano, del IMOS.
Y es que no han sabido (no ha querido, más bien) responder los cuestionamientos de la gente, sobre todo los dos últimos, cuando se les han ido a manifestar afuera de las instalaciones en Ensenada. La indignación, derivado del horrible servicio y la falta de socialización, se incrementó cuando comenzaron a cobrarle a las personas con alguna discapacidad la ridícula cantidad de 7.75 pesos, que en la práctica es mañosamente redondeado a 8 pesos. ¿En serio nuestros impuestos son para el salario de gente a la que se le ocurren estas ideas?
Ya van tres protestas y, para este lunes 13, se prevé una cuarta. Los boletines tardaron 10 días en llegar, como quien dice, tardaron más de una semana en responder a la crisis, y ya está muy avanzado el enojo. Se habla de posibles cambios en el gabinete de la gobernadora. ¿Serán Jorge Alberto Gutiérrez Topete, José Ramón Silva y Humberto Elías los sacrificables? El tiempo dirá.
Operación Limpieza (de imagen)
A ver, a ver, ¿cómo que después de anunciar el decomiso de fayuca más grande de la galaxia en suelo ensenandense, donde abiertamente se habló de China y Asia, donde se afirmaron prácticas de contrabando y que estaban coludidas las aduanas, se habla de que el turismo chino es lo que salvará al puerto y a la región?
Lo anterior luego de que desde el Hotel Coral & Marina, digo, la Casa Municipal y Proturismo, han llegado mensajes de que estos son los buenos, estos son los que traen el mero “cash” para gastar, y que hay cuidarlos. ¿De qué lado es el Operativo Limpieza, pues? ¿Quién es el que desea limpiar su imagen? Eso no nos lo cuentan la alcaldesa Claudia Agatón ni el líder empresarial hotelero Andrés Martínez Bremer. Chale, ya ni porque son vecinos.
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