Buscan mitigar el disturbio humano en aves playeras
Para disponer de estrategias que mitiguen el impacto del disturbio humano en especies de aves con presencia en Latinoamérica, un grupo de organizaciones, entre ellas el Cicese, generó el “Conjunto de herramientas para el manejo de la perturbación humana hacia las aves playeras en América Latina”.
El documento reúne las experiencias, retos y lecciones aprendidas en 28 proyectos desarrollados, en 11 países, para mitigar el disturbio humano en sitios del corredor Pacífico, desde Chile hasta México.
La investigación fue liderada por Asociación Calidris (Colombia), National Audubon Society y Point Blue Conservation Science (Estados Unidos); también contó con la contribución de 26 grupos de investigación del continente americano.
A partir de la elaboración del conjunto de herramientas, el grupo de especialistas identificó que la perturbación humana hacia las aves playeras es provocada por actividades físicas y recreativas que las personas realizan en playas, entre ellas caminar o correr acompañadas de perros que no portan correa.
A estas actividades se suma la contaminación y el uso de vehículos motorizados, situaciones que representan una amenaza para las aves y un factor de degradación de su hábitat.
“Por ejemplo, si una playa a donde llegan las aves migratorias está ocupada por actividades recreativas, en vez de estar alimentándose o descansando, están volando o están alertas y no se están alimentando, hay pérdida de energía de parte de las aves, ese es el problema”, indicó el doctor Eduardo Palacios Castro, investigador del Cicese Unidad La Paz y colaborador en la investigación.
Apuntó que las aves playeras son el grupo que más rápidamente está disminuyendo a nivel mundial y esto se refleja en el continente americano: “Los problemas que tienen en Latinoamérica son de pérdida de hábitat, por cambio de uso de suelo, y también de degradación del hábitat, ahí es donde entran las perturbaciones humanas”.
En México están presentes alrededor de 46 de las 50 especies de aves playeras que existen en Norteamérica, un recurso compartido por todo el continente por su naturaleza migratoria, lo que hace indispensable la colaboración internacional para su conservación.
De acuerdo al conjunto de herramientas, 37 especies de aves playeras y 21 de aves acuáticas son objeto de conservación en América Latina debido a la perturbación humana, de las cuales siete son las más mencionadas en proyectos: ostrero americano, playero blanco, chorlito patinegro, zarapito trinador, playero occidental, chorlito piquigrueso y playero rojizo.
Eduardo Palacios aclaró que no todos los sitios de descanso y alimentación de aves playeras presentan disturbio por la actividad humana, sin embargo, en Latinoamérica han observado cómo el problema se va intensificando.
Compartir el hábitat
Contrario a lo que pudiera intuirse, las estrategias para evitar el disturbio en aves playeras no están orientadas a restringir el acceso a las playas a las personas ni cancelar actividades recreativas, sino generar modelos de convivencia en los que el hábitat se comparta de forma respetuosa.
Un ejemplo exitoso ha sido el proyecto de recuperación del chorlo nevado (Charadrius nivosus) en bahía de Todos Santos, en Ensenada, Baja California, donde la cercanía de las playas con la zona urbana representa una presión significativa para las aves playeras.
Eduardo Palacios consideró que más allá de la vigilancia que se realiza como parte de la estrategia de conservación, el éxito se encuentra en concientizar a las personas para que conozcan el impacto de sus actividades en las aves playeras y después se conviertan en multiplicadoras de la información.
Y es precisamente el facilitar la toma de decisiones, acerca de cómo y cuándo desplegar las estrategias de conservación, uno de los propósitos del conjunto de herramientas.
“Si alguien tiene un problema de perturbaciones humanas que afecten a las aves playeras y quiere hacer algo en su localidad, que sirva este conjunto de herramientas para adaptarlas, que ya hay experiencias de las cuales se puede aprender”, concluyó el investigador.