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UABC e IEE organizarán debates entre aspirantes a alcaldías de BC

La universidad será sede de cinco de los siete debates
Colaboración
Hace 9 meses
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San Quintín, y San Felipe, por primera ocasión participan en una elección de ayuntamientos. - Colaboración.

La UABC y el IEE organizarán los debates de aspirantes a las alcaldías de Baja California · La universidad será sede de cinco de los siete debates.

La Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y el Instituto Estatal Electoral (IEE) firmaron un convenio específico de colaboración con el propósito de establecer la organización conjunta de los debates entre quienes ocuparán las candidaturas a las alcaldías de los siete municipios de Baja California.

El convenio firmado se divide en dos vertientes: la primera se refiere a la coorganización de los debates de acuerdo a los lineamientos del IEE y su realización en las instalaciones universitarias. Mientras que la segunda, corresponde a la producción técnica por parte del Centro de Estudios y Producción Audiovisual (CEPA) de la UABC.

El consejero presidente del IEE, Luis Alberto Hernández Morales, mencionó que "la colaboración interinstitucional es fundamental como un instrumento de fortalecimiento de la democracia".

Agradeció a la UABC el apoyo brindado. Señaló que de los siete debates que se realizarán, cinco tendrán lugar en instalaciones de la UABC, iniciando con el primer debate de aspirantes a ocupar la alcaldía de San Quintín, siendo, junto con San Felipe, la primera ocasión en la que hay elección de ayuntamientos.

Encuadre

Cierto día en una frutería, las sandías se percataron de que los tomates estaban podridos. Los investigaron y, sin más, los arrestaron. El frutero, quien sabía que no solo los tomates, sino también las sandías, papayas y fresas estaban en mal estado, guardó silencio. No era solo la fruta; además, varias de ellas padecían al menos tres tipos de enfermedades y diferentes grados de descomposición. Sin embargo, al frutero solo le importaba vender. Los aguacates y los limones, aunque carísimos, seguían siendo comprados, y al inicio de todo, el negocio prosperaba.

...

Con el tiempo, el frutero notó que otros puestos ofrecían productos de mejor calidad, incluso de importación. Entonces, intentó colar su fruta podrida en esos mercados. No tuvo éxito. Algunos clientes dejaron de comprarle, y otros jamás volvieron a adquirirle nada, señalándolo como un comerciante deshonesto.

A pesar de todo ello, era un hombre muy trabajador. Se levantaba al amanecer, charlaba con todos, y hasta había escrito libros, aunque nadie en el tianguis o en el mercado de abastos lo había visto leer jamás.

Cada mañana, antes de que los demás puestos abrieran, ya estaba vendiendo frente a su frutería, creyéndose un gran comerciante. Pregonaba que sus frutas eran las mejores del mundo, aunque bien sabía que no era cierto. Vociferaba por horas, y luego se retiraba a la parte trasera de su puesto, donde regalaba dinero a "los necesitados", muchos de los cuales eran amigos y familiares suyos. De esa forma, comprometía a quienes recibían su ayuda a comprarle su mercancía podrida.

En cuatro años, logró apoderarse de dos tiendas importantes en el mercado de abastos, llenándolas con sus frutos. Sin embargo, había una tercera tienda que no le compraba. Aunque intentó infiltrar algo de su producto allí, no obstamte el dueño lo desechaba en secreto.

Más interesado en adueñarse de ese negocio que en mejorar la calidad de su frutería, el frutero permitió que la suciedad y la corrupción crecieran en su puesto. El mal olor que emanaba del tianguis llegó hasta los centros comerciales y plazas cercanas, cuyos dueños se quejaron con él. Pero el frutero, aunque solo era un empleado del tianguis, insistía en que el lugar era suyo y defendía la soberanía del mercado, mientras repartía a montones el dinero que no le pertenecía.

Recurría a maniobras deshonestas. Sobornaba y amenazaba a los propietarios de otras fruterías, y algunas las cerró. En ocasiones, un dueño de frutería desaparecía misteriosamente, y su local amanecía clausurado. Otras veces, los puestos aparecían inundados de aguas negras. Sin embargo, su única obsesión era conquistar la tercera tienda más grande del mercado. Sabía que su tiempo al frente del puesto estaba por terminar, pero no le importaba dejar el lugar hecho un desastre. Designó a una amiga suya para que lo sustituyera, confiando en que ella encubriría todo el mal manejo de las frutas podridas.

Así, hasta su último día, salió a vociferar frente a su puesto, ya infestado de moscas, hasta que finalmente se fue. Al final, sí consiguió apoderarse de la última tienda, y la nueva empleada comenzó a barrer el frente de la frutería, intentando borrar las huellas del frutero, que había dejado el suelo lleno de pisadas sucias. El panorama en todo el mercado era desolador. No solo en los puestos cercanos, sino en todo el tianguis, el caos reinaba. Solo le faltó incendiar todo el mercado. Pero, a pesar de todo, la nueva encargada era voluntariosa y decidió empezar de cero, aunque no sabía por dónde.

Editorial
Es ineludible adaptarse a los incendios
2025-01-09 15:36:04
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Los incendios devastadores que afectan a ciudades como Los Ángeles son una confirmación de lo que científicos han advertido desde hace décadas: los fenómenos climáticos extremos serán cada vez más frecuentes y destructivos.

A pesar de los esfuerzos globales, los efectos del cambio climático no han podido ser detenidos, dejando como única alternativa mitigar sus impactos y adaptarse a esta nueva realidad.

Más información...

La reciente devastación en Los Ángeles, considerada una de las peores en la historia de la ciudad, subraya la magnitud del desafío. Si una metrópoli con los recursos e infraestructura de un país de primer mundo enfrenta tales dificultades, ¿qué pueden esperar ciudades más modestas, sin personal ni equipamiento especializado? En regiones como California, Arizona, Nevada y Baja California, factores como la baja humedad, los vientos de Santa Ana y la falta de preparación agravan la situación, convirtiendo a los incendios en una amenaza constante.

Es urgente que las autoridades de protección civil adopten estrategias más innovadoras y efectivas. Esto incluye capacitar personal, desarrollar nuevos materiales para combatir incendios y modificar normativas de construcción para que los edificios y zonas naturales sean más resistentes a estos eventos.

También es esencial identificar y restringir el desarrollo en zonas de alto riesgo. Además, se debe abordar el problema desde la raíz: la gestión adecuada de la vegetación que, como en este caso, creció rápidamente tras temporadas de lluvias intensas, pero se convirtió en combustible seco durante los periodos de sequía.

El dato es demoledor, cambio climático ha aumentado la frecuencia de estas condiciones extremas —conocidas como “latigazos climáticos”— entre un 31% y un 66% desde mediados del siglo XX. Ahora, las zonas afectadas por incendios enfrentan una nueva amenaza: los deslaves durante la temporada de lluvias. Este sombrío panorama exige acción inmediata y un enfoque integral que permita no solo responder a los desastres, sino también anticiparlos y reducir sus impactos. Adaptarse ya no es una opción, sino una necesidad.