Hacienda El Sauzal es Patrimonio Cultural de Baja California


El edificio que fuera la casa del General Abelardo L. Rodríguez quedó restaurado. - Foto: Cortesía.
Tras un proceso de evaluación, el 16 de octubre en el Periódico Oficial del Estado fue publicada la declaratoria de Patrimonio Cultural de Baja California la Hacienda el Sauzal de Rodríguez, ubicada en el municipio de Ensenada.
La solicitud fue realizada en noviembre de 2021, por José Enrique de Ibarra de Alba, administrador único de la empresa Compañía Inmobiliaria Mar de Cortez S.A. de C.V., propietaria de la fracción mayoritaria del inmueble que perteneciera al general Abelardo L. Rodríguez.
En el transcurso del proceso se llevaron a cabo diversas consultas y revisiones, visitas e inspecciones para conocer el estado del edificio histórico.
Finalmente, durante una sesión del Consejo de Patrimonio Cultural en diciembre de 2022, se tomó la decisión de autorizar la declaración de la porción con clave catastral ES-500-802.
La propiedad, ubicada en la carretera Ensenada-Tijuana en la delegación de El Sauzal de Rodríguez, desempeña un papel fundamental en la historia de la región y ahora es oficialmente reconocida y con ello cuenta con protecciones legales para su preservación como parte del patrimonio cultural.
La arquitectura del edificio
El conjunto arquitectónico destaca en la zona donde se halla dentro del paisaje urbano convertido a industrial. La mansión fue construida en 1930, el color blanco estuco de sus muros, contrasta con fuerza por los techos de teja rojas, los arcos de medio punto recuerda a las construcciones de las villas romanas del renacimiento italiano, los balcones con balaustradas y celosías de estilo árabe y mudéjar que llegaron a México a través de los españoles, las columnas corintias y elementos jónicos asentúan su herencia grecoromana, los detalles en la torres de chimeneas y ventanas con molduras de corte francés de influencia también renacentista.
La fachada es asimétrica y se accede a través de una escalinata con maceteros en forma de jarrón.
En 2015, el empresario Enrique Ibarra de Alba adquirió la propiedad y comenzó su restauración y rehabilitación, buscando preservar este importante monumento arquitectónico y su legado histórico. La solicitud de declaratoria de patrimonio cultural para la casa de Abelardo L. Rodríguez es un esfuerzo por conservar este valioso testimonio de la historia regional y nacional.
La secretaria de Cultura y directora del Instituto de Cultura de Baja California, Alma Delia Ábrego Ceballos, señaló que “la declaración de Hacienda el Sauzal de Rodríguez como Patrimonio Cultural honra la memoria de este ilustre personaje y refuerza el compromiso de la región en la preservación de su historia y cultura. Esta declaración es un reconocimiento merecido a la rica herencia de la zona y un paso importante hacia la protección de su patrimonio."
Un general visionario
El General Abelardo L. Rodríguez fue una figura destacada en la historia de México, y tal vez el más influyente y reconocido en Ensenada hasta la actualidad, su mano se en el desarrollo de en la región fronteriza y Baja California es notable.
Durante su mandato como gobernador, que abarcó de noviembre de 1923 a Enero de 1929, abordó desafíos económicos y de infraestructura en la región. Abelardo Rodríguez fue Presidente de la República sustituto del 4 de septiembre de 1932 hasta el 30 de noviembre de 1934, fue el último presidente no electo popularmente.
Como gobernador del Territorio Norte de Baja California implementó políticas que promovieron el crecimiento demográfico y económico, incluyendo la creación de colonias agrícolas, la apertura de casinos y bares, como el Riviera de Ensenada y el Casino Caliente de Tijuana, en respuesta a la Ley Seca de los Estados Unidos, también promovió la construcción de importantes instalaciones educativas.
Además, impulsó la industria del empaque de pescado en El Sauzal y contribuyó al desarrollo del puerto de Ensenada. La construcción de la presa que lleva su nombre en Tijuana que proporciona agua potable, posteriormente inauguró otra presa en la ciudad de Hermosillo, Sonora que también llevaría su nombre.